Érase una vez un capitán pirata que siempre solía ponerse una camisa roja para combatir con el enemigo. Cada vez que divisaba embarcaciones enemigas decía: "pásenme mi camisa roja".
Un día, el capitán tuvo que retirarse y le dejó encomendando el puesto a Pepito:
- No se preocupe mi capitán, que yo la voy a tener bien cuidada a la embarcación, pero dígame algo, yo le veo que usted siempre se pone una camisa roja cuando toca una batalla, qué eso lo hace para que le de buena suerte mi capitán?
* No, nada que ver, me pongo la camisa roja como una estrategia sicológica para que la sangre de mis heridas se camufle con el color de la camisa y no se me note y así mi tripulación no se preocupa y sigue combatiendo.
- Que buena estrategia mi capitán, voy a seguir su ejemplo.
Días después la tripulación alcanza a divisar una nueva embarcación enemiga:
- Capitán Pepito, enemigo a la vista, le traemos la camisa roja?
* No, mejor traíganme un pantalón café.
Un día, el capitán tuvo que retirarse y le dejó encomendando el puesto a Pepito:
- No se preocupe mi capitán, que yo la voy a tener bien cuidada a la embarcación, pero dígame algo, yo le veo que usted siempre se pone una camisa roja cuando toca una batalla, qué eso lo hace para que le de buena suerte mi capitán?
* No, nada que ver, me pongo la camisa roja como una estrategia sicológica para que la sangre de mis heridas se camufle con el color de la camisa y no se me note y así mi tripulación no se preocupa y sigue combatiendo.
- Que buena estrategia mi capitán, voy a seguir su ejemplo.
Días después la tripulación alcanza a divisar una nueva embarcación enemiga:
- Capitán Pepito, enemigo a la vista, le traemos la camisa roja?
* No, mejor traíganme un pantalón café.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Qué piensas de este chiste? (Se sincero por favor)